que raro cuando miro y no apareces,
que bueno que tu alma se tropiece,
con la olma de mi alma y su pecado.
Que infierno despertar tan alejados,
que alivio saber que me estremeces,
que triste la noche que oscurece,
y amamos como locos separados.
Que infinito el amor que se ha forjado,
que todo nos divierte y apetece,
que sabio el tiempo que he esperado,
que todo aquel dolor hoy se agradece,
que bien amor que permaneces,
despues de todo un lustro desgranado.