Desnúdame, mujer con tus te quieros,
desviste nuestro amor en tu andadura,
¡yo te amaré!, con la luz de la ternura,
yo haré la huella, feliz en tu sendero.
Vísteme, de silencios de amor sinceros,
anuda, tu mano en toda mi vestidura,
¡yo te ámare!, con el alma sincera y pura,
yo resistiré, tu camino cual guerrillero.
Y así cuando la noche venga indolente,
buscaremos impacientes la luna oscura,
cubriendo el amor con el sol naciente,
al paso del querer que nos aventura,
yo seré caballero de amor valiente,
tu ámame, con la sangre de tus costuras.