sonetos de la cruel ausencia

alberto iniesta

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Déjame que me alumbre con la luz de tus luceros,
déjame que seque la espuma de las olas de tu llanto,
déjame mujer en el rosal mojado de tus te quieros,
y déjame vestirme como visten tus ojos blancos.

Déjame sentado en la miel de tus labios sinceros,
déjame prendío en el altar donde yacen tus santos,
déjame en tu pecho para sentir tu corazón entero,
y déjame cubierto con tu tersa y fina piel de manto.


Y déjame en el ocaso alegre de tus ojos dormidos,
en la penumbra oculta donde mi boca te ha besado,
déjame en la playa sombría de tu cuerpo extendido,

en el umbral de tus labios déjame amor sentado,
déjame en el cielo claro y azul de tu boca mordido,
en el cercano horizonte de tu corazón prestado.



Eres la rosa frescura de mi aliento,
mi vida, mi presente, y mi pecado,
la duda que mantengo descontento,
el miedo a perder lo que he ganado.

Eres el aire donde yo me encuentro,
el amor, y el motivo sin pecado.
si tengo algún reproche mas lo siento,
es prisa por sentirme bien amado.


Eres amor donde me encuentro,
eres en mi mundo en primavera,
floreces con el alba en mi desierto,

eres alma en mis brazos prisionera,
si tengo alguna duda y desconcierto,
el miedo a que tú ya no me quieras.



Desnúdame, mujer con tus te quieros,
desviste nuestro amor en tu andadura,
¡yo te amaré!, con la luz de la ternura,
yo haré la huella, feliz en tu sendero.

Vísteme, de silencios de amor sinceros,
anuda, tu mano en toda mi vestidura,
¡yo te ámare!, con el alma sincera y pura,
yo resistiré, tu camino cual guerrillero.


Y así cuando la noche venga indolente,
buscaremos impacientes la luna oscura,
cubriendo el amor con el sol naciente,

al paso del querer que nos aventura,
yo seré caballero de amor valiente,

tu ámame, con la sangre de tus costuras.



Que justos los inviernos a tu lado,
que raro cuando miro y no apareces,
que bueno que tu alma se tropiece,
con la olma de mi alma y su pecado.
 
Que infierno despertar tan alejados,
que alivio saber que me estremeces,

que triste la noche que oscurece,

y amamos como locos separados.



Que infinito el amor que se ha forjado,
que todo nos divierte y apetece,
que sabio el tiempo que he esperado,

que todo aquel dolor hoy se agradece,
que bien amor que permaneces,
despues de todo un lustro desgranado.




Ya sabes que mi amor es pura sangre,
que muero cada noche en ti mi vida,
que la llama de este amor tan tuyo arde,
que mi alma sin tu alma está perdida.

Ya sabes, muero por tenerte cada tarde,
que te doy amor tan loco y sin medida,
el amor que yo te ofrezco no es cobarde,
ni es perfecto, ni es oscuro, ni es mentira.


Ya sabes que es tan tuyo y no es suicida,
amor con tanta fe nunca ha existido,

mas arde y a pesar de haber sufrido,

las ganas de quererte están unidas,
las almas corazón quedan cosidas,
ya sabes, que tu amor es bien querido.



Llegaron nuevamente las flores de mayo,
y con ellas tu amor tan vivo y en tromba,
llegaron los verdes latidos de tu tallo,
tu carita de sol y tu voz que me nombra.

Llegaron los vientos como flores de nardo,
y el sudor de mi frente aliviado y en sombra,
llegaron tus besos desnudos que colman,
el dulce mirar de tus ojos tan pardos.



Llegaron cubriendo de color mis primaveras,
poniéndole sentido a todos mis sentidos,
llegaron como llegan las flores primeras,

como llega el calor de tus brazos tendidos,
llegaron tu flores de amor a mi vera,
tu risa, tu olor, tu querer escondido.



Amarte, no asusta ni es en vano,
quererte, no es locura ni es defecto,
es cierto amor, que más te amo,
es cierto que amar no es incorrecto.


Ni imperfecto el tiempo que derramo,
si es para darte mi vida con afecto,
amarte es cierto y fiel reclamo,
es quererte feliz en lo perfecto.


Amarte con amor es un exclamo,
un delirio quererte en lo correcto,
tan justo y tan sano que lo aclamo,


para amarte en todos mis trayectos,
no asusta, no descansa, cuanto amo,
gustoso y feliz en ti proyecto.



Impaciente vestiré mi piel desnuda,
de silencios y de amor para llenarte,
tu corazón loco de amor sin dudas,
y en vida sin cesar voy a esperarte.

Voy a darte amor, da igual a oscuras,
hasta morir de amor voy a buscarte,
para dormir en la piel de tus llanuras,
y ahondar mi loco amor para adorarte.

Hasta que mis ojos en ti amanezcan,
y siembre mi amor toda ternura,
voy a quererte más y que parezca,

que te sueño, que soñarte no es locura,
hasta que te encuentre estaré cerca,
para vestir tu corazón sin vestiduras.


Posé mi vuelo en tus altas ramas,
en la copa de tu verde limonero,
en tus dorados campos, de fina dama,
posé mi canto añil como un jilguero.

Posé mis noches allá en tu cama,

en la rosa nueva de tus te quieros,
mis manos en el cielo de tu escama,
mis pasos con amor en tu sendero,


Y en el borde de tu beso acalorado,

posé de un tiento todos mis sonrojos,
y en la brisa de tu cara enamorado,

posé mis ojos, en tus negros ojos,

posé mi amor de tu amor tomado,
mi vida en la flor de tus antojos.



Mi sentencia de amor, ¡quererte!,
más allá del tiempo y de las rosas,
servirte así tan fiel y retenerte,
feliz, y alegre entre mis cosas.

En mi delirio también quererte,
y llenar de amor tu alma furiosa,
cuidar y hallar siempre la suerte,
que escondes en tu verso y en tu prosa.


Siempre viva o muera, ¡quererte!,

no hay vida, más vida y hermosa,
no existe amor que hallar la muerte,

y quererte al fin alma gloriosa,
en mi delirio y sentencia ¡quererte!,
en mi premisa y mi fe bondadosa.


Te llegará mi amor deshojado,
de rosales libre de espinas,
te llegará este amor que camina,
hacia ti con el verso bordado.

Te llegará mi otoño prestado,
entre hojas mi amor predomina,
te llegarán mis aguas cristalinas,
con la sal de tu cuerpo mojado.


 

Un perfume de besos robados,
azahares entre amor y cordura,
te llegará la luz blanca y pura,

silencios de versos callados,
y entre soles penumbras y lunas,
te llegará mi amor despojado.




No te vayas amor, nunca te vayas,
y quédate una vida aquí a mi lado,
tanto amor te necesita y no se haya,
no se rinde, mas vive enamorado.

En el abismo, silencio que no calla,
solitario, mudo y despoblado,
desnudo y sin amor en la batalla,
vencido, desierto y desgraciado.
No te vayas, te ruego, no te vayas,
que pierdo cuanto en vida he ganado,
no bañes tu amor en otras playas,

mas déjalo en mi orilla recostado,
sin ti soy desamor que se desmaya,no te vayas, amor necesitado.




Concédeme la noche que nos viene,
el ruego de tu boca entrecortado,
el verso queme diste disfrazado,
la rosa que en tu pecho se sostiene.

Concédeme un te quiero que contiene,
el fruto de este amor que ha madurado,
tus besos encendidos y al cuadrado,
para forrar este querer que nos mantiene.


Y concédeme la paz de tus tormentos,
el ancho mar que cruza tu mirada,
concédeme tu espacio y los momentos,

que aguantan contra todo y contra nada,
concédeme la luna de este cuento,
que empieza donde acaba tu llegada.



¿Me preguntas Sevilla si la quiero?,
mi amor, siempre estará justificado,
aún, impaciente guardo austero,
el momento de quererla afortunado.

Me preguntas y respondo tan severo,
con afan mi repuestas son agrado,
tan amado y tan sincero yo la quiero,
te respondo mi Sevilla acelerado.


Y no existe nunca duda, mas amado,
quedará mi corazón siempre sincero,
¡hay pobre de mí!, ¡si no la quiero!,

a la muerte yo me entrego por ahorcado,
¿me preguntas Sevilla si la quiero?
mi silencio por respuesta emocionado.




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