Déjame que me alumbre con la luz de tus luceros,
déjame que seque la espuma de las olas de tu llanto,
déjame mujer en el rosal mojado de tus te quieros,
y déjame vestirme como visten tus ojos blancos.
Déjame sentado en la miel de tus labios sinceros,
déjame prendío en el altar donde yacen tus santos,
déjame en tu pecho para sentir tu corazón entero,
y déjame cubierto con tu tersa y fina piel de manto.
Y déjame en el ocaso alegre de tus ojos dormidos,
en la penumbra oculta donde mi boca te ha besado,
déjame en la playa sombría de tu cuerpo extendido,
en el umbral de tus labios déjame amor sentado,
déjame en el cielo claro y azul de tu boca mordido,
en el cercano horizonte de tu corazón prestado.
déjame que seque la espuma de las olas de tu llanto,
déjame mujer en el rosal mojado de tus te quieros,
y déjame vestirme como visten tus ojos blancos.
Déjame sentado en la miel de tus labios sinceros,
déjame prendío en el altar donde yacen tus santos,
déjame en tu pecho para sentir tu corazón entero,
y déjame cubierto con tu tersa y fina piel de manto.
Y déjame en el ocaso alegre de tus ojos dormidos,
en la penumbra oculta donde mi boca te ha besado,
déjame en la playa sombría de tu cuerpo extendido,
en el umbral de tus labios déjame amor sentado,
déjame en el cielo claro y azul de tu boca mordido,
en el cercano horizonte de tu corazón prestado.